De trasnochos y otras deidades.

Qué importante es abandonar... ¡Pero qué mejor es volver! ...Sin volver.

Es lindo cuando tu pareja es como esa otra persona a la que le hablas cuando hablas solo, con la que discutes contigo mismo para tomar una decisión simple, con la que tienes otra vida además de la tuya y las comparten ambas como con un mejor confidente... Y no molesta, el pasado ahí es como una uva pasa, es como cuando yo tengo caramelos supercoco y él tiene de manzana verde. Es como si siempre quisiste estar ahí a pesar de que no tenías idea de su existencia...
Me siento tan bobalegre*, ahora que lo digo y ahora es para siempre.

No es fácil contar sobre lo que tienes en mente porque es como si Dios se hubiera sentado a tomar el té con su mujer y le dijera: "Vieja, NO Sabes la idea que tengo, te va a encantar...". Y luego piensa que pues claro que le va a encantar, si es su mujer, y de seguro Dios tenía que haberse inventado una mujer, ¿no? Y ya no es interesante porque si se lo cuenta, ya deja de ser interesante ¡hasta para él mismo! Y a la final no termina desarrollando la idea...
Pero es tan emocionante el disparazo inspirador, que de todas formas algo se tiene que inventar para no contar lo que por alguna razón le parece que es mejor esperar hasta haberlo terminado y decir "Vieja, te tengo una sorpresa..." ¡Y Voilá! Ahí es donde vendría la mujer a pulirlo, a ponerle musiquita y sabor, como en los buenos tiempos. Porque Dios dice que cuando uno se casa se vuelve como un inválido sin su mujer, y la mujer dice que eso es mentira, que su marido hasta ateo es.

El resultado de mi escritura destartalada, por ejemplo, es lo que pasa cuando se tiene una idea y se quiere contarla, pero se ha aprendido a guardar y a abandonar.

De manera que casualmente una noche de ojos grises tropieza con tu bota y te dice: "¿Lyla? ¡Oh, cuánto tiempo!" Y te tomas una copita de algo añejo con ella y suenan las canciones que te hacían sentir diferente en tu adolescencia, y comes tu cereal favorito y por supuesto descontinuado, y estás en las nubes malteadas con un montón de amigos viejos por abandonados y por lo mismo rejuvenecidos, pero estás sobre tu sofá borgoña queriendo dizque escribir yo no se qué ni para qué pero porque sí, mientras desarrollas una idea que se hace cada vez más extensa y borrosa, como el futuro. Y sabes que allá en el futuro es donde piensas estar toda tu vida, parafraseando y con pereza de citar, mas con cereza de pintar e inventar, inventar, inventar... hasta que finalmente entre por la ventana de la que acabas de salir, otro Dios preocupado. 




*Bobalegre: la mezcla perfecta entre boba y alegre.

Comentarios

Atenea dijo…
=?sonrisas con chispas de chocolate=?

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