Generación loser...
El otro día me encontré unas jovencitas en el baño de Riocentro...
Cabe recalcar que por lo general yo tengo un tanque de reserva líquida y cuando voy a un baño público pueden pasar perfectamente dos turnos en los otros baños y en el mío se sigue escuchando: "psssssssssss...."; lo que me hace propensa a escuchar gran parte de todas las tonterías que se dicen en un baño de mujeres (ya ni modo... me toca).
Comentaban con esa voz de niña tenaz que sale más fácil si imaginas que tienes una piedra preciosa metida en la boca, por eso la volteas para un lado si vas a gastar palabras y lo haces con un acento exagerado y quejosito:
Bueno... cuando salí, las niñas seguían ahí. Tendrían casi 12 años, pero estaban maquilladas hasta las fosas nasales, vestidas como las típicas gringas estúpidas "populares" de las películas tontas, enrulándose los pelos, modelando frente al espejo, en fin... me fui.
Pero me fui pensando una vez más ¿a dónde vamos a parar? A nuestros hijos tendremos que darles una educación especial, sin reggetones ni nada de esas groserías y banalidades...
Me acuerdo que a esa edad no se sabía ni qué estaba de moda, recién sacaban los pantalones descaderados y algunas de mis amigas todavía paseaban con los ochenteros entubados, yo usaba unos jeans enormes que eran lo máximo; apenas sabíamos lo que era un beso o el maquillaje (que nos ponía la mamá de una de ellas para las fiestas - de 6 a 12- en las que se hacía una fila de mujeres frente a una de hombres y todos hacían el típico pasito a un lado, al centro, al otro...) y no teníamos ni la más pinche idea de lo que era un celular, ni siquiera lo necesitábamos...
Ahora, no sólo el que no tenga celular es un "loser", sino el que no tenga un BUEN celular, compréndase, uno caro. Y el plan fiesta es meterse en una sala oscura con un reggetón a hacer quién sabe qué alias baile, con todas las de la ley (las que la violen, por supuesto).
Supongo que fuimos la primera generación en sufrir la fiebre de ir a Riocentro para ver gente (sí, qué plan tan jarto...) pero por lo menos los objetivos de entretenimiento de los jovencitos de nuestra época trataban sobre socializar y hacer amigos... ahora no quiero ni pensar en los de las jovencitas como las que me encontré en el baño.
Cabe recalcar que por lo general yo tengo un tanque de reserva líquida y cuando voy a un baño público pueden pasar perfectamente dos turnos en los otros baños y en el mío se sigue escuchando: "psssssssssss...."; lo que me hace propensa a escuchar gran parte de todas las tonterías que se dicen en un baño de mujeres (ya ni modo... me toca).
Comentaban con esa voz de niña tenaz que sale más fácil si imaginas que tienes una piedra preciosa metida en la boca, por eso la volteas para un lado si vas a gastar palabras y lo haces con un acento exagerado y quejosito:
"jajaja a mí me viene a sacar en cara el celular... sorry pero ese celular es cholísimo, ni $30 dólares cuesta ese celular" "jajajaja qué loser ese man..." "sí, qué se cree!"
Bueno... cuando salí, las niñas seguían ahí. Tendrían casi 12 años, pero estaban maquilladas hasta las fosas nasales, vestidas como las típicas gringas estúpidas "populares" de las películas tontas, enrulándose los pelos, modelando frente al espejo, en fin... me fui.
Pero me fui pensando una vez más ¿a dónde vamos a parar? A nuestros hijos tendremos que darles una educación especial, sin reggetones ni nada de esas groserías y banalidades...
Me acuerdo que a esa edad no se sabía ni qué estaba de moda, recién sacaban los pantalones descaderados y algunas de mis amigas todavía paseaban con los ochenteros entubados, yo usaba unos jeans enormes que eran lo máximo; apenas sabíamos lo que era un beso o el maquillaje (que nos ponía la mamá de una de ellas para las fiestas - de 6 a 12- en las que se hacía una fila de mujeres frente a una de hombres y todos hacían el típico pasito a un lado, al centro, al otro...) y no teníamos ni la más pinche idea de lo que era un celular, ni siquiera lo necesitábamos...
Ahora, no sólo el que no tenga celular es un "loser", sino el que no tenga un BUEN celular, compréndase, uno caro. Y el plan fiesta es meterse en una sala oscura con un reggetón a hacer quién sabe qué alias baile, con todas las de la ley (las que la violen, por supuesto).
Supongo que fuimos la primera generación en sufrir la fiebre de ir a Riocentro para ver gente (sí, qué plan tan jarto...) pero por lo menos los objetivos de entretenimiento de los jovencitos de nuestra época trataban sobre socializar y hacer amigos... ahora no quiero ni pensar en los de las jovencitas como las que me encontré en el baño.
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