entre creer... y querer

Creiste que me iba a dormir... porque eso fué lo que yo quise que creyeras... porque si se acaba el mundo, en el sentido de mi muerte, de la muerte de los dos... y las cosas según tú, no son como yo creo que son, y yo creo porque quiero que así sean... entonces no me sirve de nada creerlo. Si tú no crees que nos vamos a encontrar en el más allá porque no crees en el más allá, no voy a pensar que es porque no quieres, pero me callas la conciencia que no quiero tener afirmando que puedes estar equivocado... y entonces estamos empate, pero cada uno del otro lado de la pantalla... y lo que extraña, lo que me puso extraña... es algo así que creí cuando te fuiste: verme frente a esto, escribiendo algo que tal vez tú nunca leas.
















En el Orden de los Hechos...
1. No sé por qué estoy pasando más tiempo en mi cárcel que en mi pared.
2. No sé por qué estoy posteando estas cosas...
3. Mi cárcel es mi pensamiento, y la pared... es todo esto.
4. Ya me cansé de enumerar.



Un día yo tenía un lugar donde escribir, y ese lugar no tenía un espacio ni un tiempo definido... hasta que otro día me pregunté qué pasaría si alguien más lee lo que escribo...Y entonces Dios creó al Hombre y a la Mujer para responder.

Y no es que no me gusten las respuestas... ¡me gustan! sobretodo si no me responden pero me quedo feliz... y tú, si... tú que estás leyendo haces eso.
Y las preguntas...
Regla Número Uno: antes de preguntar, pregúntense.

¿Ya se acostumbraron a que escriba algo otra vez sin saber qué fué lo que pasó?

... no crean que Sussy se las sabe todas, ella sólo me analiza desde su posición de felpa que lleva años al lado mío (y por eso se lleva de mi una afectuosa consideración).

Ya, tranqui... al fin y al cabo es justo lo que estás pensando:

PRIMERA NO VISITA AL PSIQUIATRA...

"Lo siento señorita, lamentablemente no la podemos atender, el Dr. se suicidó ayer".


¿Y a dónde se fué?
Claro, yo perdí la costumbre de escribir donde no existía el espacio ni el tiempo ni los lectores, después empecé a escribir en otro espacio no espacio, y tiempo no tan tiempo, y aparecieron los lectores... y otros escritores que se leían... y todo era feliz.
De pronto me dejó de importar, empecé a encajar en el mundo "real"... y dejé de ser tan feliz.
Ese día... antes de enloquecerme sucedió lo siguiente:
Después de dejar un chat lo más de común y silvestre con un ser nada común y silvestre (a quien quiero siempre antes de despedirme)
... el efecto de las velas, la música y la soledad planeada, el llanto inesperado, inexpresivo y seco me llevó a escribir en la pared todo lo que estaba escondido en la profundidad de este sistema que la sociedad intentó mecanizar (edad, estudio, trabajo, sobresalir o fracasar... naces, creces, te reproduces y ya estás a punto de... porque es la ley de la vida, porque no sabía que las leyes las ponían sólo los humanos).
Entonces traspasé la pared... así como lo lees, traspasé la pared...y obvio que ¡fué horrible! porque por lo general los humanos SOBRIOS no traspasan paredes... ¿no?
Mas quise olvidarme de la humanidad por un rato, dejar a un lado el miedo para ver qué había del otro lado, y ahí pude volver a ser tan feliz...
Pero abrí los ojos y la oscuridad se había acabado, y la música había parado, y las velas que habían hecho bailar a las hadas de la noche se consumieron... Regresé, y ya no estaba sola, estaba frente a una pared rayada, sucia, antiestética... pero así también estaban mis sueños por no regarlos a tiempo, por pensar que era mejor ser independiente o autosuficiente o tener esos sueños americanos que se crean como a las necesidades en el medio...
Ahí estuve yo haciendo de princesa no estereotipada, hasta que me rescató ese caballero no tan desestereotipado pero con mascota armada en vez de burro o caballo "super sexy" (se supone que se aquí deben acordarse de SHREK).
El resto de los días me dediqué a pensar en la muerte porque digamos que es parte de la ley de la vida y entonces es estúpida. ese era el punto.
Por eso volví a empezar a ser feliz...
Hoy (o ayer de noche... da lo mismo- detesto esas discusiones-) Alguien detrás de la pared me hizo recordar que todo esto de tener un lugar donde escribir FUNCIONA cuando uno tiene alguna locura inocente que sacar de la cárcel, y por eso los psicólogos suelen entregar un libro, un cuaderno, un "diario", y seguro más adelante entregarán un blog... pero por si te deja de importar, y dejes de ser tan feliz... se recomienda tener siempre a la mano un amigo imaginario.
Y ¿Qué pasa si uno lo termina viendo?
Pd.
mi pared es amarilla :)

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