Y no ha pasado es nada

"La noche todavía es noche pero el día no tarda en llegar".

No sé cuál de las dos eras tú, ni cual de las dos era yo.
No sé si éramos, o pudimos sernos.
El teatro está lleno de vacíos gracias a nosotras. A un fantasma que reniega diciendo ser el mío lo culpo del tuyo en el aplauso de un par de divas que se dedicaron a demoler este puto mundo. Ellas que como nosotras no lo hicimos, ellas que eran el pan y el vino que nosotras nos bebimos. Un par de madre e hija, señora o niña, usted senhorina... porque siempre es lindo tener una hija aunque sea de ficción. Pero es distinto cuando descubrimos el llanto verdadero, el llanto del creerse la propia tragedia, de ser la impúdica muñeca sin vestido.

No sé cuál de las dos eras tú, ni si eras tú, ni si una de ellas podría ser yo.

No nos estamos reemplazando, nos estamos defendiendo del pronombre mutuamente, uno cualquiera, de cualquiera para el mismo cualquiera.

Mi padre dijo que muy lenta, hasta que le dije que empezara a leerla:

"Depositaria de nuestros sueños más íntimos y las más terribles frustraciones, la Calle aparece ante nuestra mirada como algo más que un lugar de tránsito, es, por el contrario,el ámbito donde se realiza la vida. Toma cuerpo, es femenina, vieja, fuerte...".

y entonces me le aparecí como otra, una metáfora en la que no se hacía tu nombre, aunque dijeras tú, aunque siquiera yo, aunque soñáramos las dos con nosotras mismas en otros cuerpos escénicos.

Amiga, cómete un gusanito, por no haber estado ahí con ellas y conmigo.

Este país no me parece el tuyo, ni me parece el nuestro, me parece el viejo de los viejos como siempre y ante nunca cumplidero.

Prefiero que también le pongas atención al silencio casi imposible que nos depara el tiempo perdido.