Arma de juguete





A lo mejor Lorca sí quería decir que hay que dejar que la poesía nos lastime...
De lo que no se dió cuenta probablemente quien dijo eso, es que en realidad la poesía no es la que nos lastima. Ahora me acordé de cuando un amigo me preguntó por qué era mala con el cuchillo y no con el rallador... Lo que respondí fue que el cuchillo va al objeto manipulado con la mano, mientras que la mano se cuida de cortarse con el objeto que va al rallador (que funciona como el cuchillo), es como todo lo contrario... el proceso invertido.


Eso es lo que pasa con la poesía...
No es Ella la que nos lastima, como no es el cuchillo el que nos lastima.

Recurrimos al cuchillo cuando necesitamos cortar, picar, desangrar... y en este caso, descomponer sentires. La poesía nos alivia el sentimiento que nos lleva a Ella, convirtiéndose de él, dejándolo plasmado. Usamos a la poesía como un cuchillo para fines indefinidos... incluso para creer que lastimamos con nuestro dolor.

El cuchillo nos libera, aunque no nos atrevamos a usarlo en contranuestra, aunque no tengamos el impulso de hacerlo.


A lo mejor sí hay que dejar que la poesía nos lastime, porque al final no nos lastima...
La poesía es el cuchillo del cobarde, y es su último alivio.








mostradores de la piedad

¿cuándo acabarán?

vidrieras de la súplica.




el ciego vende

su curiosa cualidad de desgraciado.

corderos degollados ¿cuándo gritarán?

digo, verdaderamente, no como niños sacrificados.



¿y la poesía?

ese cuchillo

¿cuándo será?



Comentarios

Anónimo dijo…
Estás fumada.

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