manicomia
Encontré el tesoro. No estaba dispuesto a ser buscado. Yacía como se yace con ye, en una sala de espera posiblemente perpetuante en elle.
¿Quién era Sofía? La que al paredón pintaban con la paciencia suficiente como para hacerme esperar. Juana mandaba... y ella, apenas Juana miraba al vacío, tomaba un rizador y le ponía de su sí al no de Juana, mientras Juana con sonrisa encarcelada le decía no al sí de Sofía. El sí y el no de las dos formaban carcajadas hiperinternas, porque internas ya estaban, en un centro de belleza. Convencer luego a Sofía de que no era necesario excusarse en el ardor del maquillaje para hablar de algo, de lo que sea, de que la pinte en mariposa mientras ella me arregla lo que no se me ha perdido, a menos que me doliera... sí fue mi prueba no superada, a propósito de Sofía, y a pesar de Juana.
¿Quién era Sofía? La que al paredón pintaban con la paciencia suficiente como para hacerme esperar. Juana mandaba... y ella, apenas Juana miraba al vacío, tomaba un rizador y le ponía de su sí al no de Juana, mientras Juana con sonrisa encarcelada le decía no al sí de Sofía. El sí y el no de las dos formaban carcajadas hiperinternas, porque internas ya estaban, en un centro de belleza. Convencer luego a Sofía de que no era necesario excusarse en el ardor del maquillaje para hablar de algo, de lo que sea, de que la pinte en mariposa mientras ella me arregla lo que no se me ha perdido, a menos que me doliera... sí fue mi prueba no superada, a propósito de Sofía, y a pesar de Juana.
Comentarios
pd: Te superaste Lyla, me duele la cabeza y esta es la mejor conclusion a la que pude llegar.
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yo diría que mi conclusión es "ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario" y no me extrañaría que ya hubiera concluído eso aquí :)
me palpita la sien derecha.. voy por el buen camino?