La Ciudadela y los Perros o Cómo sobrevivir a un divorcio por amor al arte.


Donde hay un gran duelo, hubo un gran amor.
Nunca me he sentido tan sola en mi vida, hasta que te conocí. Es una frase de una de las canciones que son parte de mi Gran Vuelo, algo así como un proyecto que no es una sola cosa, son varios textos y/o obras que forman parte de lo que sería The Great Grief(1)… O el gran duelo, en realidad… solo que lo transformo, porque de eso se trata mi maestría y todo lo que me hace sentir inútil en esta vida. Estoy en un proceso de sanación y de entender cuán útil en realidad soy, y todo lo que hago y estudio.

Es un gran duelo, que contiene dolor, como si en este momento haya querido abrir o descubrir todas las heridas de mi infancia y adolescencia, y cuando soy grande, ahora, convertirme en básicamente una doctora - como dijo mi hijo luego de ponerle el mágico Bialcohol (porque no duele) y una curita donde estaba sangrando. Literalmente un doctorado. También es un momento en el que toooodo me dice “ya olvida a ese tipo, mereces algo mejor”, a lo que primero tengo que recalcar, recalcitrar y subsanar esa tumba: ese tipo no es David (mi ex marido), es otro tipo que no importa tanto porque quién sabe si a la final “es el tipo”, o “él es” o yo que sé, siempre estamos pensando en “el alguien” para alguien, en “la persona correcta”, y por estar en esas ya he tenido algunas relaciones fallidas en Facebook. Igual dejarlo o no dejarlo no es la cuestión. La cuestión es eliminar todo patrón de desamor, o hablar del desamor como en La Caracola de los Amantes… un relato mío del cual una parte sería publicada en una revista. No sé si es lo que más habría querido. No lo sé. Al menos tengo harta distracción. Ese divorcio sí que tiene que celebrarse.

No nos habíamos divorciado por vagos, y luego por salados. Bueno, en un principio por desconfiados, por peleados, pero en el fondo y luego de que destapé toda esa cañería (2) siento que estamos en la misma página ya. Excepto por el tema de mi bipolaridad, aún no ha entendido que tengo todo bajo control y que me tocó bloquearlo. Creo que en el fondo de los fondos había que terminar de sanar, y si luego de limpiar toda la M que uno hizo de lo que hizo con el otro puedes dejarte ver con aprecio desde y hacia el otro, has triunfado como ex. Mi último ex (un novio con el que hasta conviví poquitos pero hermosos días) me hizo dudar de mi capacidad de ser mejor novia, preguntándome si no podría ser, más bien, una mejor ex. O sea, preguntándome eso yo, ¿no? La verdad es que se supone que estoy receptiva y que no quiero saber nada del pasado, incluyendo al tipo que digo no es tan importante y que quizás en unos años finalmente sea mi marido… depende de si eso quiero o no. Así que esto tampoco tiene que tratarse de los amores al pie de la letra. Pero voy a contar lo que haya que contar, para poder ir dejando atrás de uno en uno. Ir desdibujando mi rastro de sus vidas, porque quizás soy un alma en pena y lo que ellos necesitan es que los dejen en paz. Qué looser que soy.

En todo caso, en el mismo proceso de escribir pretendo ir olvidando, y rectificando eso de merecer algo mejor, porque siempre merecemos lo mejor, estoy tratando de salir de la idea de que hay algo mejor necesariamente con o sin este tipo. Pero esa decisión no la puedo tomar desde mi ego y de un estado de valoración propia que depende de si el tipo “vale la pena” o “vale la dicha” por lo que haga o deje de hacer para conmigo. Aprender a vivir en el presente es adjudicarse siempre lo mejor, y sí, cortar por lo sano con todo lo insano, y en este caso lo insano está en el pensar y no dejar fluir. Por eso ahora trato de estar receptiva con mi angustia, porque aprendo desde la astrología de filosofía. Y la angustia es el vértigo de la libertad (3). No quise estar receptiva con mi último ex porque al fin y al cabo él me dejó, con razón (4), pero bueno, yo no sabía por qué, pero ya descubrí por qué. Creía que porque pase lo que pase me abro a la idea de “algo mejor”, y esa es otra angustia. Pero me dejó para que yo pudiera resolver mi vida con mi futuro marido, que por más que lo quisiera y lo hizo bien, no era él. Él fue un novio falseto demasiado bueno para ser cierto.

 Hace unos días volví a conocer a alguien, o me reconocí con él, y fue lindo porque "el otro tipo" quedó totalmente a un lado... Me sentí como en casa. Fue como un inicio de ciclo, nuevos aires sin haber salido de viaje, como si estuviera de viaje... ya no tengo que sobrevivir al divorcio, sobreviví a tres años de no-divorcio, y espero que ahora sí, energéticamente hasta el inconsciente ya estar libre y lista para una nueva relación, que no tiene que ser normal o formal, que puede ser tan libre como sea, pero yo sé, luego de haberme sentido como en casa, que me lo merezco. Tres años de supervivencia, de estar soltera y estar de moda pero enamoradora a morir... Ya no moriré. Me di cuenta de que cuando uno está abierto a fluir, a veces todo puede darse tan fácil que da miedo... Y es el miedo el que tenemos que trascender, porque todos de una u otra manera le ponemos miedo al amor, y ponemos nuestra seguridad afuera. Nos cuesta mirar hacia adentro y soltar, y confiar... Afrontar nuestras heridas y sanar para poder ser felices con un otro. Ya es hora.




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NOTAS


(1) Que no es un episodio dark de Bob Esponja.


(2) Toda esa cañería empezó cuando sin querer le puse una foto de una caquita feliz a David en este post y se enojó por eso, me dijo que si no podía dejar de hablar de él, que al menos no dijera que era una mierda. Yo pensé que era broma, porque lo había comentado en Facebook, pero no. Entonces, sin más osadía yo, hice este otro. Mis padres y mi psiquiatra me retaron por eso... Entonces finalmente hice este. Debí haberme quedado con este y ya.


(3) Ver a Kierkegaard + Miastral


(4) Que porque no estaba preparado para una relación ( y ahora está amarradísimo).


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