Vencida.

 



Solo decidí publicar las cartas, decidí ser visceral. Tal vez no valía la pena, pero yo tampoco merecía ese trato, y no era la primera vez, ni la segunda, en que él pasaba por encima de mí su decisión de descartarme como a cualquier cosa, sin ser honesto primero. 

Esto del duelo es complicado... aún no supero la etapa en la que quiero reconciliarme. Pero llegué a un extremo de hacer que él no lo quiera, tal vez. Porque tenía que lograr que me odie un poquito, odiarlo un poco más, aunque el rencor no sea lo mío. Aún me quedo con lo lindo, con todo lo que creí hermoso, no era alguien especial, mi amor lo hacía súper especial. Y me cuesta procesar eso... 

Duele demasiado, ni siquiera la ruptura y el divorcio me dolió tanto, aunque sí tuve que pasar por la traición, y tuve que pasar por otra ilusión. Ya era un alma rota, y me lanzaba al precipicio, no soportaba que me dejaran de nuevo, sin entender esto de que nadie puede dejarte porque estás completa en ti misma. Ser un completo incompleto, como en esa canción. El amor no deja de existir, de perdonar, de desear, de amar. Y tengo que ser paciente. Quererse morir, morirse, ya no morirse y pelear. Literalmente. Cuando me preguntaron por qué me metí a Jiu Jitsu debí decir la verdad: porque tengo el corazón roto, y aún así prefiero amar. 

Comentarios

Entradas populares