Suavemente
Es sencillamente alucinante si alguien tiene la osadía de demorarse al menos una hora sólo para cogerte la mano:
Empieza con saber que está al lado y no saber realmente nada, querer saber lo que piensa mientras el pensamiento puede ser sólo idea mía, la muevo a ver si el movimiento se vuelve caricia, si continúa tan ingenuo el roce que ya estás con un dedo encima y no puedes comerte las uñas sin antes morderme los dedos, haciendo realidad una ilusión que lentamente se convierte en otras cosas... como lo que tarda la ansiedad de los labios en probar si te dejas -tal vez- confundir entre el sí y el no, y aún sintiéndolo en la piel no sabes cuál de los dos... como quien pide más en toda su primera etapa de las 4 que se necesitan para hacer el amor, ya estás a media escalera pero... es sólo un extraño y así la incertidumbre se viste mejor.
No hay diferencia entre esto y un dehjavù cuando te queda su olor en el preferido de tus dos lados...
Hace 2 semanas & UNAhora alguien me cogió la mano y hasta el nervio derecho se contagió, excitándonos la imaginación.
"no quiero soñar mil veces las mismas cosas... ni contemplarlas sabiamente... quiero que me trates... suavemente".
Empieza con saber que está al lado y no saber realmente nada, querer saber lo que piensa mientras el pensamiento puede ser sólo idea mía, la muevo a ver si el movimiento se vuelve caricia, si continúa tan ingenuo el roce que ya estás con un dedo encima y no puedes comerte las uñas sin antes morderme los dedos, haciendo realidad una ilusión que lentamente se convierte en otras cosas... como lo que tarda la ansiedad de los labios en probar si te dejas -tal vez- confundir entre el sí y el no, y aún sintiéndolo en la piel no sabes cuál de los dos... como quien pide más en toda su primera etapa de las 4 que se necesitan para hacer el amor, ya estás a media escalera pero... es sólo un extraño y así la incertidumbre se viste mejor.
No hay diferencia entre esto y un dehjavù cuando te queda su olor en el preferido de tus dos lados...
Hace 2 semanas & UNAhora alguien me cogió la mano y hasta el nervio derecho se contagió, excitándonos la imaginación.
"no quiero soñar mil veces las mismas cosas... ni contemplarlas sabiamente... quiero que me trates... suavemente".
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